Exrector Vicente Díaz alerta: «Condiciones y garantías electorales no son lo mismo»
«El Gobierno no tiene contrapesos. Por eso puede hacer lo que le dé la gana. No basta denunciarlo», asevera
El exrector del Consejo Nacional Electoral (CNE) Vicente Díaz alertó este miércoles en redes sociales que «condiciones y garantías electorales no son lo mismo», y menos en un contexto de desconfianza como el que vive el país tras los resultados de las elecciones presidenciales de julio de 2024.
Díaz señala que el reto de los venezolanos es no permitir que el voto sea escamoteado.
Incluso, a solo mes y medio de las elecciones convocadas para el 25 de mayo, no se sabe qué partidos o candidatos participarán en la contienda.
De nuevo sobre elecciones:
— Vicente Díaz (@VicenteDz) April 9, 2025
Condiciones y garantías electorales no son lo mismo. Y los términos importan.
1. Garantías electorales es lo que el CNE y el Estado están obligados a cumplir para garantizar la pulcritud, transparencia y derechos de los electores. Las garantías…
A este respecto, Díaz llama la atención de los ciudadanos:
“De nuevo sobre elecciones:
Condiciones y garantías electorales no son lo mismo. Y los términos importan.
1. Garantías electorales es lo que el CNE y el Estado están obligados a cumplir para garantizar la pulcritud, transparencia y derechos de los electores. Las garantías están en la Constitución, la Ley, reglamentos y normativas. Es lo que el CNE y el Estado incumplieron el 28 de julio cuando no publicaron los resultados y negaron las auditorías de comprobación. Es lo que no se puede olvidar, es lo que hay que exigir y evitar.
2. Condiciones electorales es lo que se requiere para poder participar en alguna elección. Es lo que hace posible materializar la disposición y decisión de hacer política dentro del Estado y la Constitución. Se necesitan partidos, tarjetas y candidatos, y posibilidades reales de difundir y defender la oferta electoral. No basta querer participar también hay que poder.
3. El gobierno, que ha colonizado todas las instancias del Poder Público, no tiene contrapesos. Por eso puede hacer lo que le dé la gana. No basta denunciarlo, hay que trabajar para crear esos contrapesos.
4. Si el gobierno estuviese interesado para “legitimarse” que la oposición participara, ya hubiese otorgado todas las condiciones electorales, aunque luego no cumpliera con las garantías.
5. Ha hecho todo lo contrario: a estas alturas no se sabe qué partidos o ciudadanos podrán correr en la contienda. Manejan la incertidumbre como herramienta para desestimular la participación. Saben que el descontento es mayúsculo, necesitan que ese descontento no se exprese en votos.
6. La elección es una oportunidad, si se logra que el voto decida. Pero también el voto del descontento es un mensaje de rechazo y cambio, directo a las entrañas del poder.
7. El 28 de julio quedó en entredicho, para vastos sectores de población, que el voto decida porque los anuncios oficiales de resultados, insisto, no fueron respaldados por las comprobaciones de rigor establecidas en la Ley. Por eso la exigencia del cumplimiento de las GARANTÍAS ELECTORALES es tan importante como votar o llamar a votar.
8. Votar es asumir el riesgo de que el voto sea escamoteado y no se puedan sembrar semillas de contrapeso institucional.
9. No votar es asegurarse que esas semillas no serán sembradas. Es renunciar a la eventual cosecha por temor a las plagas.
10. Lo que decida cada quien es su derecho. Para mí, el desafío es votar y luchar para que el voto decida.
11. Tenemos enfrente el peor CNE, con alguna excepción, de la historia reciente. Diseñado por el gobierno para que desistamos del voto como herramienta de protesta y manifestación de descontento ¿Lo desafiamos o no?”
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