Familiares de presos políticos piden «que la libertad «vuelva a ser un derecho y no un privilegio»
«El Gobierno ha considerado que socavaban su poder al denunciar actos en contra de la ley y del espíritu de la democracia»
En un encuentro ecuménico realizado en la Universidad Central de Venezuela (UCV), familiares de los presos políticos en Venezuela, se reunieron para pedir que la libertad «vuelva a ser un derecho» y «no un privilegio».
«Hoy, desde distintas iglesias y caminos de fe, nos abrazamos en un mismo clamor: que se abran esas puertas, que regresen los abrazos, que la libertad vuelva a ser un derecho, no un privilegio», indicó Carol Figueredo, esposa de Pedro Guanipa y cuñada de Juan Pablo Guanipa, ambos detenidos.
El encuentro fue organizado por el Comité por la Libertad de los Presos Políticos, y los familiares se concentraron para «construir mayor solidaridad y unidad en torno al llamado por la libertad de todas las personas que se encuentran detenidas por razones políticas en Venezuela», indicó Yovanka Ávila, hermana de Henryberth Rivas, detenido en el Rodeo I, en el estado Miranda.
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Ávila afirmó que esta concentración «nace como un espacio de oración» uniendo a «distintas voces, tradiciones y comunidades creyentes en un solo clamor», aunque también, agregó, es una invitación abierta a quienes no son creyentes, pero «comparten la causa de la justicia, la libertad y la dignidad humana».
En este sentido, exigió «el cese de la represión y el respeto pleno de los derechos humanos» para los detenidos por motivos políticos.
La activista manifestó como «compromiso colectivo» la visibilización del «sufrimiento de hombres, mujeres y adolescentes encarcelados por razones políticas» y elevó «una súplica que toque corazones, que conmueva la consciencia y fortalezca a las familias en su lucha silenciosa y valiente».
«Este espacio también nos ayuda a vencer el miedo en un país donde se usa la violencia, la represión y el castigo como herramienta para silenciar a quienes reclaman sus derechos», aseguró Ávila, quien consideró este encuentro como «una forma de resistencia y un mensaje claro» para quienes intentan «apagar» sus voces.
Por su parte, el sacerdote y teólogo jesuita, Pedro Trigo, defendió la inocencia de los detenidos al asegurar que «no han cometido delitos» ni «tampoco han usado la violencia ni se han asociado para cometerla».
«Simplemente el Gobierno ha considerado que socavaban su poder al denunciar actos en contra de la ley y del espíritu de la democracia. Esa denuncia, siempre que se atenga a los hechos y no llame a la violencia, es un componente ineludible de la auténtica democracia», expresó Trigo.
Con información de EFE
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