OMS adopta acuerdo para luchar contra futuras pandemias
La comunidad internacional alcanzó un acuerdo para prevenir futuras pandemias, en una decisión considerada histórica por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El tratado fue aprobado por unanimidad durante la Asamblea Mundial de la Salud y representa el primer compromiso multilateral jurídicamente vinculante para mejorar la prevención, preparación y respuesta ante emergencias sanitarias globales.
Un pacto para corregir errores del pasado
El acuerdo surge tras años de negociaciones impulsadas por las consecuencias de la pandemia de COVID-19, que dejó más de siete millones de muertos y colapsó sistemas sanitarios en todo el mundo. La OMS definió el texto como “una victoria para la salud pública y la acción multilateral”, con el objetivo de evitar los fallos en diagnóstico, acceso a vacunas y respuesta internacional coordinada que marcaron la emergencia sanitaria anterior.
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Uno de los pilares del acuerdo es el Sistema Multilateral de Acceso a Patógenos y Reparto de Beneficios (PABS). Este instrumento obligará a los fabricantes farmacéuticos adheridos a reservar un 20 % de su producción de vacunas, diagnósticos y tratamientos para ser distribuidos de forma equitativa a través de la OMS, con prioridad para los países más vulnerables. La medida busca garantizar el acceso rápido a insumos críticos durante una pandemia.
Componentes clave del tratado
El acuerdo para futuras pandemias establece además la creación de una Red Global de Logística y Suministros (GSCL), orientada a mejorar la capacidad de distribución de equipos médicos y productos esenciales durante una emergencia. También incorpora el enfoque “Una sola salud”, que reconoce la interdependencia entre la salud humana, animal y ambiental, como factor esencial para prevenir nuevos brotes zoonóticos.
Otra disposición relevante apunta a que la inversión pública en salud global deberá estar vinculada a condiciones de transferencia de tecnología y fijación de precios accesibles, lo que favorecerá el acceso universal a productos sanitarios.
Pese al respaldo mayoritario, once países se abstuvieron. Entre ellos, Polonia, Italia, Irán, Rusia e Israel, quienes argumentaron preocupaciones sobre la soberanía nacional, ausencia de compromisos vinculantes sobre acceso equitativo, y falta de garantías en transferencia tecnológica. Estados Unidos no participó en la votación, tras haber activado formalmente su proceso de salida de la OMS.
El secretario de Sanidad de EE. UU., Robert F. Kennedy, manifestó su oposición al acuerdo, calificándolo como una consolidación de los errores cometidos por la agencia durante la COVID-19.
Para entrar en vigor, el tratado deberá ser ratificado por al menos 60 países. El reto principal será convertir las disposiciones del texto en medidas concretas. Expertos en salud global destacan que el verdadero impacto del acuerdo dependerá de la voluntad política de los gobiernos y de la cooperación efectiva entre Estados.
La OMS reiteró que el texto no otorga poderes supranacionales, ni interfiere en las leyes nacionales. Más bien, busca establecer una base común que evite el caos institucional evidenciado durante la crisis de 2020.
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